Un ritmo que no para de latir
dibujos por Lino Divas
Dani Leber, anclado desde la coordenada del presente, del ánimo sombrío frente a un presente incierto y un futuro oscuro, le regala una oda a La mano que baila el puso, ofrenda de refugio rítmico, vibrante y luminoso. Un poco de alimento espiritual en tiempos de catástrofe y la pregunta siempre latente sobre el lugar del arte y los artistas.
———————————————————————————–
El ritmo que te traigo, es bueno para mi, te enseñaré a bailarlo
Flor Cugat nos lleva hasta la génesis de estas acuarelas con olor a verano, a Dana Ferrari haciendo equilibrio en las rocas de la ribera del río cordobés, acuarelas y cuadernito en mano. Picnic al aire libre, el amarillo del sol atravesando los párpados cerrados y el sonido del río que avanza como las transparencias típicas del pigmento acuoso bajo la retícula del lápiz