¡Es la economía, estúpido!
¿Los artistas viven del arte? ¿el arte vive de los artistas? ¿quién lo vive a quién? ¿y qué significa vivir del arte?. Pablo Rosales no responde ninguna de estas interrogantes, pero traza genealogías donde estas preguntas insidiosas zumban en los oídos de los creadores mientras esperan que seque la trementina de sus cuadros. Economía libidinal, profesionalización, pagar los alquileres, vocación y especulación financiera se entretejen en estas reflexiones.