La columna ¡¡¡¡¿¿Quéééeeee!!??? ¡Crisis y casamiento!

Dibujo por Leo Estol

Parece haber una nueva tendencia (digo nueva porque es necesario decirle nuevas a todas las tendencias) en la Ciudad de Buenos Aires que atraviesa o más bien une artistas, curadores, galeristas, coleccionistas, odontólogos, fabricantes de tubos de ensayos y metalúrgicos, sobre todo metalúrgicos. Una tendencia especial para afrontar la crisis global que se vive en el planeta tierra: EL SAGRADO MATRIMONIO.

 Sí, aunque parezca extraño en estos tiempos del fluid, del fluid, del fluid, cada vez más sujetes sociales eligen el compromiso made in alianzas y maestres de ceremonias frente a la hostilidad de este mundo cruel.  Yo misma sin ir más lejos lo elegí hace 15 años, nos cuenta una precursora de esta redacción. Porque… ¿qué mejor que aferrarse a alguien o algunes como si no hubiera mañana? Sí sí sí, de eso se trata mis querides un voto de confianza hasta que la muerte les separe. Es tal la convicción que el Registro Civil de la calle Uruguay se está convirtiendo en una de las más candentes colecciones de artes de la Ciudad de Buenos Aires. Más allá de su profesión cada uno que se casa deja su huella. Si se casa una banana, deja su cáscara. Sí se casa un enfermero deja su ambo. ¡Vino un choclo y nos lleno el pasillo de chalas! Así describieron la novedad los trabajadores de la recepción.

 Es que nunca es igual, y a la hora de casarse no hay nadie como uno. Es el placer de sentirse único, es un sanguche de bondiola al ego propio, es un día inolvidable. Estaba aburrido, triste y deprimido; hacía mucho que no se me caía una idea. Esto fue lo que dijo uno de los artistas gestores de un pueblo de la provincia de Buenos Aires que se casó el fin de semana pasado con la artista porteña de la santa comunidad electrónica y el candente caliente diseñador de textiles latextilosos. Los invitados a la fiesta describieron la consumación como un evento sumamente emotivo, ¡¡¡fue algo simplemente indescriptible!!! comentó uno de los asistentes. Dijeron haber vuelto a sentir la llama en sus corazones que ilumina el sendero de la vida hacia las playas de Río de Janeiro, donde los recién casados festejarán su luna de miel. El pasaje a dichas playas circulaba en la fiesta entre pétalos de flores que contenían en su interior anestésico para caballos y grandes dosis de ternura. 

Parece que casarse se ha vuelto la nueva manera de decir ey, estoy aquí ¡existo! Esa básica necesidad del humane occidental de sentirse importante. La nueva forma de pararse frente al presipicio. Porque sí, el amor es ciego así que a ir amigues a ir… con los ojos cerrados hacia la aventura, hacia el ¡sí quiero! Ya fue el sindicato, ya fue el calendario, ya fue el cartón. Voto por el amor del pueblo, por la orgia de caballos cornudes: ¡a casarse compañeres!

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