Premoniciones y confusiones
por Cecilia Vega
dibujo por Lino Divas
La semana de las artes visuales en Tucumán es un evento que viene organizando el Ente Cultural de la provincia hace cuatro ediciones (el año pasado fue la cuarta) y, como dice su nombre, es una semana del año donde suceden diversas actividades ligadas a las artes visuales, como ser exposiciones y talleres. Una de estas actividades es el Premio Synergia, un concurso donde ofrecen subsidios para proyectos de gestión independiente; en la última edición de la semana de las artes visuales el Premio Synergia estuvo acompañado por Circuito Abierto, una iniciativa de recorridos por espacios de gestión independiente, que tuvo varias ediciones desde el 2012 hasta el 2017 pero estaba suspendida desde entonces. Para la cuarta edición la semana elegida fue del 5 al 12 de octubre y el sábado 7 tocaba la inauguración de los proyectos ganadores del Premio Synergia: ocho espacios de gestión independiente abrían sus puertas y mostraban sus propuestas al público que se trasladaba en colectivos gratuitos.
Uno de los espacios ganadores de este premio fue Consultorio, con una exposición individual de la artista Mariana Ponce curada por Nando Migueles titulada ILuΛSiΛoΛΛNΛeEΛsSΛΛΛ▲yΛΛΛΛcΛOnfΛuSΛiΛΛΛÓnΛΛ (Ilusiones y confusión). Consultorio fue el último espacio que visité esa noche y el que más quería ver, conocía un poco la obra de Mariana que venía trabajando hace un tiempo con papel glasé plateado intervenido de distintas formas, pero al llegar a consultorio todo era extraño: la primera sala estaba enrarecida, bañada en luz roja y para pasar a la sala contigua había que cubrirse las zapatillas con bolsas de tela. Esta segunda sala estaba totalmente modificada, se sentía como ingresar a una de las pequeñas obras de Mariana de papel glasé que había crecido hasta ocupar toda la habitación; los pisos estaban pintados de negro con fragmentos plateados, de una de las paredes se desprendía un gran prisma, también negro, que se abalanzaba sobre nosotrxs acribillándonos en el espacio restante. Una puesta en escena de luces y sombras congeladas en el espacio.
La ilusión, según su definición, es un concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos. Estuve meses pensando en la exposición de Mariana y en los sentimientos que me generó, mayormente de extrañeza e intriga, visité consultorio un par de veces más cuando ya el papel plateado del piso se descascaraba y la obra empezaba a develar su carácter precario. Hable con Mariana sobre sus obsesiones, procesos y puntos de partida, buscando algunas pistas para poder acercarme… historias de fantasmas, cuentos de Mariana Enríquez, Mark Fisher, películas de expresionismo alemán, siempre las luces y sombras, lo cotidiano que por alguna razón se torna espeluznante. Todo esto confluía en el trabajo experimental con el espacio. Recuerdo que la noche de la inauguración desde la asociación de trabajadorxs de las artes visuales de Tucumán (TAVIT) se propuso hacer una acción: intervenir remeras o llevar un cartel con la frase El sistema del arte se sostiene desde el enorme trabajo de artistas que apenas sobreviven mientras hacíamos el recorrido como respuesta al ente cultural que se había demorado en entregar los fondos para las exposiciones. Pero ya había otro fantasma rondando entre nosotrxs esa noche y cuando la pienso ahora, cinco meses después, la obra de Mariana adquiere ese carácter premonitorio que la vuelve espeluznante.
En el texto que acompañó la exposición Nando escribió sobre un espacio que se deforma y nos devora “allí, donde lo familiar se desvanece abriéndole el paso a aquello que estaba oculto, nuestra propia subjetividad; que no es solo individual, sino colectiva” ¿Qué cuestiones ocultas develaba la obra de Mariana? ¿Cuáles miedos estaba proyectando en ese espacio que me devolvía tanta incomodidad y fascinación? Leyendo a Mark Fisher me encuentro con esta descripción de lo raro: “Quisiera plantear que lo raro es un tipo de perturbación particular. Conlleva la sensación de algo erróneo: una entidad rara o un objeto que es tan extraño que nos hace sentir que no debería existir, o que, al menos, no debería existir aquí. Pues si tal entidad u objeto está aquí, las categorías que hasta ahora nos han servido para dar sentido al mundo dejan de ser válidas. Al fin y al cabo, no es que lo raro sea erróneo, sino que nuestras concepciones deben de ser inadecuadas” La obra de Mariana buscaba sacudir esas categorías que daban sentido tanto a nuestra escena artística local como a una realidad cotidiana que estaba dando las primeras señales de una transformación sorpresiva. Esa extrañeza e incomodidad que me despertó la exposición eran mis concepciones siendo cuestionadas frente a un espacio conocido que se deformaba frente a mis ojos, citando nuevamente a Nando, “las cosas familiares cambian y no podemos nombrarlas, solo nos impactan para posicionarnos y poder actuar”.