¡Cuántas preguntas le haría a Mailén!

Por Diego Spivi

Dibujo por Lino Divas

Y al compás de la nostalgia
Hoy bailamos por error


Un viernes 13 Mailen Pankonin y Aro combinaron sus energías para abrir un portal directo al corazón de la canción argentina. Esa noche me costó dormir. Pensaba y daba vueltas en la oscuridad. A la mañana me dije ¡Cuántas preguntas le haría a Mailen! y me bajó una idea: le voy a hacer una entrevista.


Unos días más tarde nos tomamos un café y hoy, viernes 4 de julio, el día de la independencia de Estados Unidos, me puse una escarapela que encontré en el piso de un bondi y arranqué a transcribir nuestra charla. Recordé aquella noche: los samples, sonidos y guitarras chamánicas de Aro, la voz naciendo de las entrañas telúricas y argentas de Mailén. Juntxs invocaron almas en pena, inquietas, susurrantes.


En un poema muy persuasivo y encantador publicado en el año 2010 Mariano Blatt sugiere: “hay que escuchar música de ahora porque la música está hecha para resolver problemas”. Mailén, como Agamben, propone (además) ser anacrónica. Buscar soluciones en otros tiempos: pasados, olvidados, imaginados. Resonar con el presente. Revivir como una forma de crear.


Ese viernes en Fundación Cazadores hubo un momento en que varixs pausamos nuestra respiración. La voz de terciopelo de Mailen, sus ojos cerrados. Su mano izquierda elevándose como la de un pantócrator de dedos largos, convocando la escucha y deteniendo el tiempo, partiendo las aguas para que pase la música, hecha de voz y recuerdos. El hombro derecho contraído, ofreciendo geometrías, luces, sombras y blanduras, concavidades donde nace, desde la franela áspera de los tiempos, el tono sólido y subterráneo que se esconde para impulsarse desde la sombra hasta la luz que baja del techo. La canción Orquesta de señoritas, inmortalizada por Maria Elena Walsh, en la voz grave de Mailén. “Quien no fue mujer ni trabajador / piensa que el de ayer / fue un tiempo mejor”. Junto a los sonidos de Aro nos llevaron a conocer o recordar canciones olvidadas de Favio, Manal, Mercedes Sosa, Sandro, Piero, Gieco y Maria Elena, para ensoñarnos y abismarnos.


“Hace poco para presentarme Uma Costa dijo: Mailen, que tiene una iglesia adentro suyo. Y yo pensé Amiga es un montón… pero desde ese momento visualicé una iglesia gótica, un espacio vacío que hay que rellenar con fantasmas.”


“Es el gran problema que estamos teniendo como sociedad, tan concentrados en solo ver lo que sucede en el presente o en lo inmediato que nos olvidamos de todo lo que vino antes. Es necesario para poder notar que hay emociones, paisajes, sonidos, que los tenemos encarnados, para no perderlos, revisarlos, registrar que estamos repitiendo estados de conflicto, tristeza, desigualdad… Yo creo profundamente que el arte en ese sentido es re transformador, tiene esa capacidad medium. De hecho Orquesta de señoritas salió en el 76, y hay un montón de tangos de principios de 1900, 30 o 40 con situaciones iguales a las de hoy.”


“Hay algo de este repertorio que elegimos por un problema muy grande con las letras en general. Hoy por hoy escuchás un disco que puede sonar de la hostia, con cuerdas, sintes, grabado en New York, México… y las letras son una verga! Hay un problema en hacerse cargo no solo de las emociones sino también de los paisajes que uno quiere representar. Es escaparle al bulto. Qué más queda si lo que elegiste es el uso de la palabra o del sonido para expresar tu visión sobre el mundo.”


“Aunque hablar de cosas mundanas siempre fue necesario y valioso. Lola Granillo no habla nunca de una relación de amor, y todas sus canciones tienen una profundidad, con su voz de ranchera, exponiéndose un montón, con situaciones atípicas para una canción, cosas que quizás en una pintura vemos más, cosas ordinarias, cotidianas.”


“Yo casi no escucho musica en inglés, porque no hablo inglés y me quedo afuera. Y cuando escucho música me pasa eso: necesito que me deje pensando, aunque sea en un paisajito, en mis amigos, en lo que no tengo, en lo que quiero, algo que se da a través de la palabra y a través de intros, melodías, puentes… Es necesaria la intención de generar esa reflexión, de contar una historia, que no tiene que ver con la complejidad. Escuchás al Pity y… con tres palabras me hiciste mierda, hermano!”


“Ahora me dan muchas ganas de abandonar las pistas pregrabadas, tener bandas, instrumentos, como el otro día en Cazadores, que había bichitos pero la esencia de lo que pasaba, los sonidos que habitaban entre Aro y yo eran analógicos como la puta vida. La intensidad, el error, el acierto, la duda física…Todavia no lo termino de definir.”


“Me agarra una militancia con la vida, de volver a habitar el factor sorpresa para quedarse pensando. También como espectadora lo agradezco, encontrarme con algo que no esperaba. El viernes había gente que creía venir a ver un show mío. Hoy tenés al algoritmo y la única manera de hackearlo es haciendo algo inesperado. Para mi está relacionado con algo del mundo terrenal, jugar con los trucos humanos, con esa capacidad mágica que nace del ocultamiento, de guardarse un poco la forma en la que uno va a presentar las cosas.”


“Prefiero toda la vida tocar en un lugar que no sea una sala de música, no por hacerme la especial, si no porque cuando vos hacés algo en un contexto en el que la gente no está esperando ver algo así, te pasan otras cosas por el cuerpo. Una luz que se prendió, un avión que pasó, cuestiones climaticas, incertidumbre.”


“Tiene que ver con la sociedad somos. Que onda? estamos en cualquiera en un montón de sentidos vinculados a la emoción, que se traduce en la acción, la reflexión, la proyección a futuro… En Argentina siempre lo que nos salvó fue estar conectados con nuestros sentimientos, y el contexto demuestra que eso está re degradado mal.”


“No creo en el arte militante, todo el arte es político, no creo en la literalidad, creo en la metáfora hasta el fin de los tiempos… Cuando yo voy a ver muestras, obras, recitales, me gusta que me dejen un terreno libre para mi imaginación, para flashear.”
“Creo que post pandemia hubo algo de olvidar la capacidad que tiene el cuerpo para poder resonar.”


“El poema de Blatt, lo amo, pero… permitime dudar. Creo que hay algo de eso, y a la vez el retrato del presente está tan tergiversado, tan raro… Porque no es real que todos tienen 24 quilates colgando, que los busca el FBI, que no sé qué. Y tampoco es cierto que lo único que se puede decir es que estamos en la mierda. Hay un montón de matices en el medio. Si solamente estás en lo que se ve en tu corta distancia, probablemente no tenga tanta profundidad, pero si vas y venís, te alimentás de distintos terrenos y tiempos, seguramente sea mucho más rico, porque son texturas, preguntas e imágenes, sonidos de distintos tiempos. Creo que, especialmente ahora, que estamos perdidos y todos nos preguntamos qué hacer… cuando uno está sin inspiración, lo que yo hago y creo que hacemos muchos, es buscar en cuadernos que tengo escritos… ¿qué hacía yo en otro momento? Quizás sea algo que es una tontería, como hacerte un panqueque con dulce de leche, escuchar un disco que te atravesó en ese momento, o ir a ver tal película que cuando la viste por primera vez… pero seguramente volver a ese lugar te abra, te devuelva la esperanza para seguir, porque de eso se trata.”