Una noche en el Universo

por Lenny Liffschitz y Bett Pavetti

dibujo por Ignacio Fischman

Una cumbia santafesina apasionada a puro fuego y sudor grita “¡¡Para vos Norma mía!!” haciendo eco en todo el Universo hasta llegar a Fernanda Laguna y Andrés Politano. En el mismo lugar, Lola Orge Benech escucha el eco y comienza a crear seres para acompañar la solitaria cuarentena santafesina. El grito fue una dedicatoria tan expansiva y cariñosa, que aterrizó en forma de galería en el espacio en el cual circundan talleres de artistas↿, El Universo y ahora Para Vos…Norma Mía (PVNM).

Dentro del espacio hay cerámicas de Lola Goldstein y Susana Laguna, ropa de Emi Bianchic, pañuelos de Maruki Nowaki y algunos productos de belleza orgánicos; también libros y fanzines, entre los que se encuentra una publicación homónima del espacio. Luego, los seres/souvenires santafesinos de Lola hechos de pétalos, hojas, espinas y ramas descansan en camas, se reconocen en espejos y contemplan cuadros miniatura. Las flores en barniz cuelgan como si fuesen la corona de una santa que alguna vez existió. Entre el espacio de exhibición y la tienda no parece haber jerarquía, todo convive.

Hay un puente, más allá de lo material, que une El Universo con PVNM. Lo cruzamos un poco tímidas y nos encontramos con Franco Melhouse, Santiago Villanueva y Fernanda Laguna que fuma tabaco con una boquilla de caña del largo de un lápiz. Nos sentamos como si en el medio hubiese un fogón: ¿qué es esto que nos rodea? Son todas las cosas encontradas y elegidas para armar la estructura de un universo posible. 

Entra nuestra amiga videasta Caiu, y Fernanda abre una diminuta heladera de la que saca los ingredientes para preparar unos vasos de amargo obrero. Hay tantos objetos de tantas partes; cajas con animales e insectos enterrados; llaveros; stickers; caracoles; fluidos; arena y plástico viejo en cada pared, en cada detalle. Así es que Fernanda nos muestra el hallazgo del día, un nuevo objeto que formará parte del equilibrio del universo; una virulana dorada con pelos enmarañados que señala con orgullo. Un hilo rojo espiralado la atraviesa. Los temas que confluyen en este espacio parecen estar atravesados por ese hilo espiralado, de la misma manera que Lola, la cumbia que da nombre a la nueva galería y su curador Santiago Villanueva supieron estarlo para dar lugar a la nueva muestra.

Hablando de la muestra en cuestión, mencionamos que Carlos Herrera también estuvo haciendo camas con flores en Ruth Benzacar y Fernanda dice “Pero Herrera hace obra. Hay dos modelos de artistas o más bien de “hacer arte”. El arte como camino y el arte como producción de obras, y en Lola hay más camino y experimentación pero no es como que cada cosa que ves es la obra”. Santiago Villanueva agrega: “lo que hace Lola bien podría estar en el Universo”, y ahí todxs coincidimos. 

Cada tanto Fernanda elige algún objeto al azar, como si fuese un fruto de un árbol, y nos cuenta algún relato. Cómo la vez que viajó a España: “lo único que traje fue una ramita de plátano que son iguales a las de acá y entonces me pareció que eso era lo que había que traer. Algo que era igual que acá”. 

Nos cuenta que a los 15 años ya guardaba cosas como las de El Universo, pero en menor escala por supuesto. En ese entonces, enamorada de un chico al que le decían Turi, conseguía los alfajores Turimar y coleccionaba sus envoltorios. Besar al envoltorio del alfajor con su nombre escrito era como besarlo a él. Pensamos que de alguna manera todes tuvimos una caja de recuerdos, donde guardábamos cartas, dedicatorias y amuletos. Como un acto de magia, cómo souvernizar la vida. 

¿Un tesoro del universo? Un pelo de María Moreno guardado en una cajita de acrílico. “Es como tener su ADN, está ella”, dice Fernanda. También nos cuenta que María sabe sobre su pelo en la caja de cristal, y cuando la abre emocionada, nos damos cuenta de que está vacía. ¿Cómo puede ser? “Ay chicos, qué papelón, tiene que estar”. Hace tres años que no la abría, y de pronto, como en una coreografía, todes con una linterna en mano esperando su reflejo. Incertidumbre y tensión hasta que Santi lo encuentra y lo sostiene, frágil, a punto de desaparecer, entre sus dos dedos. Caiu, con una chapita de una lata de cerveza, saca el pelo de sus dedos, lo apoyamos en la caja y la cerramos. Qué delicadeza la de algunos souvenires.

Claro que sí también abrimos otras cajas por ahí su contenido no está como lo dejó. Después de un año, Fernanda abrió una de las cajas con animales enterrados y se encontró un bichito ciempiés. Fantaseamos con la idea de que se desvanezca en el momento en el que lo sacás del universo, como un agente que sólo y únicamente pertenece dentro de esta pequeña gran dimensión. Como el pelo, que si no lo agarrábamos a tiempo, se esfumaba en el aire. 

O una rama de un banano que aterrizó desde Madrid en búsqueda de su doppelganger porque Fernanda, segura, había visto una igual en Buenos Aires. Mientras tanto miramos arriba al nido de avispas que cuelga en nuestra cabeza, pensando si habrá otro idéntico en alguna otra parte del mundo. 

En definitiva, Fernanda ve valor donde otros ven desperdicios. Pero no todo lo que se tira se puede atesorar. En Villa Fiorito, lugar donde desde el 2003 funciona Belleza y Felicidad Fiorito, la basura y la contaminación son un problema. Les niñes tienen altos niveles de plomo en la sangre y ACUMAR (Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo) interviene cuando el plomo ya generó agresividad, falta de atención y anemia. Aún así Belleza y Felicidad sigue siendo un espacio de apoyo para Fiorito, “la crisis del lugar tiene que ver con la crisis misma del lugar”, explica Fernanda. Inevitablemente nos preguntamos ¿Qué prácticas podemos incorporar para mitigar el despilfarro contaminador de nuestros suelos? 

Otro vaso de amargo obrero. La tensión se disipa en el silencio. Una anécdota aparece como una viborita eléctrica y recordamos cuando un reconocido coleccionista  hizo una cena en su casa en Pilar para algunos artistas para el cierre de ArteBa. Sólo que toda la feria se enteró y lo que era una cena para 50 personas terminó siendo para 500. Un hambre voraz hacía estragos en el evento que no tenía suficiente comida y tal fue la presión que los cocineros empezaron a largar la comida con carne cruda. Y los invitados, entre las paredes ostentosas de una casa quinta, comieron. 

¿Escenas de élite absurdas? Sábado a la mañana: Milo Lockett entrevista a Fernanda Laguna. Milo se queja porque tiene resaca a lo que Fernanda contesta: “todos tomamos anoche pero yo estoy espléndida.” Nos reímos, todas borrachas ilusionadas porque mañana con resaca seguiremos espléndidas. 

Un día vino al Universo un curador de la Bienal de Venecia con la intención de “exportar” el espacio/instalación al mercado europeo. Ahí Fernanda se dio cuenta de que no era posible porque en sí no se trataba de una obra “¿Cómo se lleva el caño a la vista, el revoque y los ruidos del barrio?”, se pregunta. Y no se trata de ser original porque para Fernanda la originalidad en el arte es una tradición capitalista. Nos explica que para ella los jóvenes aceptan con más comodidad la idea de que El universo es obra y al mismo tiempo no lo es. Una versatilidad que ya es un rasgo común en todo lo que FL hace. “Las nuevas generaciones me entienden más, ¡al fin! Tienen una mirada más empática hacia lo tierno y lo roto”.

Fernanda nos habla sobre baldíos, su naturaleza y la conmovedora supervivencia de los yuyos. La publicación de la galería PVNM escucha atenta lo que decimos. Dentro suyo resuenan estas palabras; “El baldío es un abrazo entre las cicatrices y el futuro, es una forma de sanación, es desde donde se puede comenzar a construir ese inter ser que una los polos opuestos en que se nos educó: naturaleza y cultura.”

El Amargo Obrero se terminó y la música ya no suena más. Empachadxs de la risa festejamos el espacio y nos alistamos para despedirnos de Para Vos Norma Mía y del Universo, prolífico baldío.

 Allí crecieron nuestros deseos para salir al mundo con los poros llenos de yuyos.

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↿ Florencia Cabeza, Coke Nazar, Marcos Torino, Juan Montes de Oca, Fernanda Maglione, Carla Forte, Rosario Zorraquin y Anouk Clemenceau

₂ Poema escrito por Fernanda Laguna y Andrés Politano publicado en  la edición Nº1 de la revista/fanzine Para vos…Norma mía

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