Antes de la pandemia,
El Flasherito planeaba extender uno de sus tentáculos hasta la ciudad alemana de Leipzig, donde nuestras amigas de la oficina de traducción cultural
Бükü y la galería
Praline nos habían invitado a montar una redacción durante el mes de Junio. Mientras recalculamos el proyecto, compartimos una carta en la que nos cuentan cómo los artistas de esa ciudad de pasado comunista piensan la crisis, al mismo tiempo que se repiensan a sí mismos.
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