Que florezcan mil followers

por Josefina Díaz, María Gerzovich y Galia Moldavsky
ilustración: Emmanuel Franco

Ofelia Fernández es la primera legisladora sub 20 de la historia de América Latina. Este récord opaca otro: Ofelia es la primera influencer en acceder a un cargo político de Argentina. Tiene más de 400.000 seguidores en Instagram, un poco menos de la mitad que CFK y el cuádruple de seguidores que Nicolás del Caño. ¿Cómo se explica la carrera vertiginosa de la joven promesa de la política argentina? Su capacidad discursiva, el contexto de la irrupción del feminismo y la juventud en el debate político son algunos factores que iluminan el fenómeno Ofelia. Sumamos otro menos mencionado: el poder de las redes sociales. 

Ofelia Fernández nació en Caballito en el año 2000, hija de un músico y una filósofa que estudió en Puan. Auténtica centennial, a los 10 años le picó el bicho de la política cuando una cadena nacional de CFK interrumpió un capítulo de Casi Ángeles, la exitosa telenovela de Cris Morena: la pequeña Ofelia quedó obnubilada por la oratoria de Cristina y se hizo tan fan de la presidenta que cambió su nick de MSN a “Ofelia Fernández de Kirchner”. Era 2010 y pleno auge de la batalla cultural del kirchnerismo que disputó la Ley de Medios. Nueve años después, Ofelia compartió escenario con su ídola de la adolescencia en la contra cumbre de CLACSO: «Somos la generación que tiene en sus manos derribar, de una vez y para siempre, al neoliberalismo en nuestra América, porque la tibieza de la burguesía, a mí, me seca la concha», dijo sin tapujos en su exposición y rápidamente el video se viralizó y generó polémica en los medios. 

Para aquel momento, Ofelia ya tenía su fama en el mundillo televisivo: su primer hit fue en 2017, cuando era presidenta del Centro de Estudiantes del Colegio Carlos Pellegrini. Mientras discutía desde un móvil con el Subsecretario de Carrera Docente del Ministerio de Educación de la Ciudad por la toma del Pellegrini, un periodista la llamó “chiquita” y ella le respondió sin dudarlo: “Chiquita no me digas. El recorte de ese video fue compartido más de 14 mil veces y tiene 26 mil me gusta en Twitter. 

Su segundo gran hito fue el memorable discurso en las jornadas de debate por la legalización del aborto del 2018, donde fue la expositora más joven y una de las pocas que no leyó su discurso. Frases como “lo único más grande que el amor a la libertad es el odio a quien te la quita” se viralizaron y su exposición en los medios y seguidores en las redes sociales escalaron exponencialmente. 

Pero su faceta influencer atraviesa el ámbito político. En su cuenta de Instagram, Ofelia no tiene el perfil de una política argentina tradicional. No hay formalidad, ni ropa elegante, ni fotos posadas con adultos en eventos institucionales. En su lugar, la legisladora suele subir fotos de una chica de clase media porteña: desde imágenes en la Bresh, una de las fiestas más grandes de la escena local (va como invitada a cambio de publicitar el evento, – por canje como se dice en la jerga) donde se muestra enfiestada y tomando alcohol, acompañada muchos de los referentes de la nueva generación de influencers, hasta selfies intercaladas con posteos de posicionamientos políticos. En sus historias de Instagram y en su inicio aparece posando con el militante y comediante Pedro Rosemblat (297.000 seguidores), la actriz Angela Torres (2,7 millones de seguidores), el rapero del momento Wos (3,8 millones de seguidores), la cantante Femigangsta (200.000 seguidores) y la futbolista Maca Sanchez (54.000 seguidores), para nombrar a algunos. Ofelia se siente en su salsa entre las figuritas jóvenes y progresistas del mundo de las redes sociales y algo intrusa en el cierre de listas del PJ donde se definió su candidatura: “Nadie me miraba con mega afecto… Que una pibita de 19 años de repente tenga más oportunidades que alguno de los que quieren meter ahí no les cae bien, porque no tengo pija ni experiencia”. 

Además, en esta misma red social se la puede ver publicitando distintas marcas autogestivas e independientes, que le regalan sus productos a cambio de que los etiquete en sus posteos. Desde marcas de ropa como Potra Indumentaria o WTTJ, hasta accesorios como la marca de riñoneras Shibré, pasando por la manicura Mel Soldo, el look de Ofelia está auspiciado de pies a cabeza y abre nuevos interrogantes sobre el cruce entre la política, la fama y las redes sociales: ¿Ofelia legisladora seguirá haciendo canje con marcas cuando asuma su cargo? 

Es así como Ofelia habilita que en la revista TKM se hable de la interna del PJ, dando lugar a la politización impensable de las revistas clásicas de adolescentes. Ahí radica el diferencial y el valor de Ofelia: en la capacidad de moverse fluidamente entre los tópicos comunes entre los adolescentes como la sexualidad, estar al tanto de la ropa que usan y ser amiga de sus referentes artísticos mientras se relaciona con políticos tradicionales del PJ. Ofelia no deja de vestirse con lo que está de moda o de ir a fiestas para demostrar la seriedad de sus convicciones, sino que se afirma como política jóven vistiéndose con lo último de la moda teen mientras habla en el Congreso. 

En redes sociales, usuarios y periodistas la critican por ser muy joven, llegando incluso a mentir diciendo que no terminó el secundario. Ofelia responde en twitter confrontativa y sin recaer en las pautas que impone el moralismo de la política tradicional: “que densos con el temita del secundario” y finaliza su tuit desde la empatía mostrando que hay gente que no lo finalizó producto de la desigualdad. Esto es lo que caracteriza Ofelia: incorrección política y una profunda empatía, combinación  que resultó efectiva para interpelar a jóvenes y adolescentes.

El éxito del caso Ofelia provocó imitaciones en otros partidos políticos con gran base estudiantil como Tatiana Fernández del Partido Obrero, también candidata a legisladora por la Ciudad de Buenos Aires y ahora presidenta electa del Centro de Estudiantes del Nacional Buenos Aires. Los recursos se repiten: ropa canchera, fotos en fiestas, otras en manifestaciones feministas y textos con un fuerte contenido emocional. Resta ver si es un caso de éxito pero no hay dudas de que es marca registrada Ofe.

En la comunicación de su campaña también se nota la utilización de recursos para apelar a un público joven con estrategias como la edición de sus videos de campaña, donde las cortinas de fondo suelen ser raps y Ofelia se presenta como una especie de rockstar en distintos escenarios, entre memes y hasta un guiño a la serie Curb Your Enthusiasm, realizada por el comediante Larry David. En cada intervención que hace en público se hace un recorte de su discurso para luego subirlo a redes sociales en distintos formatos cortos y dinámicos listos para viralizar. 

Sin sacrificar su juventud y haciéndose cargo del rol que le toca, el 3 de diciembre Ofelia juró como legisladora “por el por el futuro de mi generación en toda América Latina” – con un look asesorado por la misma vestuarista de la cantante rockera Marilina Bertoldi y los traperos Catriel y Paco Amoroso y un rubio platinado recién adquirido – y sentó el precedente de que les jóvenes y adolescentes sueñen con gobernar antes de los 30 y de que haya representantes que podrían ser sus amigues. 

Algunas preguntas sobrevuelan a este personaje que llegó para romper con los modos tradicionales de la política argentina: ¿Tendrá que “disciplinarse” Ofelia para formar parte de la casta política? ¿Cuál será su vínculo con las marcas? ¿Qué pasará con su incorrección política cuando tenga que hacer acuerdos con otros sectores? ¿Hasta donde la dejará la política argentina manejarse en la línea gris entre influencer y referenta? Los ojos están siempre puestos sobre ella: por ser joven, por ser mujer y por no adaptarse a los cánones solemnes de nuestrxs legisladorxs. “Llegarán también nuestras utopías” nos prometió en un twit. In Ofelia we trust. 

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