Cálido y Fría
por Gonzalo León
pintura por Nati Cristo
Hace un par de meses en galería Papel Moneda (PM), dos de sus socios, Nati Cristo y Javier Barilaro, comenzaron una muestra que titularon Cristo Barilaro, las nuevas pinturas. No fue, en todo caso, una muestra fija, establecida, sino que fue mutando, creciendo, como las plantas que introdujo Barilaro en el sector con mayor iluminación de la galería inaugurada hace menos de un año en Villa Crespo. Y como fue mutando, tuvo cuatro momentos: A Último Momento, Pesimismo Inverso, El Futuro y La Cuarta Pared.
En “A Último Momento” cada uno trajo lo que venía haciendo, como un trabajo por separado: Barilaro llevó algo en sintonía con las pinturas de Fuera de pantalla, la muestra que hizo con Catalina Pérez en Cosmocosa, y Cristo pintó la vidriera como primer signo de apropiación artística del espacio, algo que en un punto Barilaro había trabajado en Fuera de pantalla. De hecho las pinturas de Cristo de la galería son un reflejo de eso.
En “Pesimismo Inverso” la muestra empezó a despegar en el sentido de cómo finalizaría: llegaron las plantas, Cristo superpuso obras unas sobre otras, y ambos empezaron a trabajar en la galería. Y “El Futuro” y “La Cuarta Pared” puede decirse que fue lo más efímero, pero a la vez lo más significativo, porque descubrieron un interés común en las plantas: Cristo puso pinturas de flores que tenía olvidadas en su taller. Según Barilaro, “La Cuarta Pared” consistió en que las plantas “fueron a parar al árbol de la vereda, traspasando la cuarta pared imaginaria de los teatros para formar parte de la vida misma”.
¿Por qué hacer una muestra entre dos? ¿Entre ambos había previamente temáticas parecidas?
Javier Barilaro (JB): No, tiene que ver con Papel Moneda. Surgió hacerlo con ella, porque somos amigos, porque somos socios, aunque específicamente la muestra se le ocurrió a Francisco Garamona. Una vez embarcados la empezamos a usar como oficina. Cuando hablamos de la muestra dijimos: “Mientras esté la muestra vamos a ir haciendo cosas de PM”, para que fuera germen de radiación de más cosas, de más proyectos, de más muestras.
¿Cuál fue el principal desafío que se plantearon?
Nati Cristo (NC): Fue un desafío desde el día uno, porque nunca hicimos nada juntos, pero nos unía nuestro rol en la galería, entonces doble desafío, ¡galeristas pintores! Y lo que nos unió más creo que fue la incertidumbre como recurso: pensar la muestra como una obra en varios actos, donde las cosas sucedieran. Básicamente eso.
Antes tú, Javier, habías hecho Fuera de pantalla en Cosmocosa, donde entre otras cosas había una apropiación de un espacio, de la Librería La Internacional, y en este también hay algo similar, con PM, sobre todo en algunas obras de Nati. ¿Hay un concepto de apropiarse deliberadamente de los espacios culturales y hacerlos arte o tiene que ver como decías al comienzo de esta charla todo con todo?
JB: Tiene que ver todo con todo. A mí me gusta hacer cosas en comunidad, es mi lucha interna contra el egotrip, la verdad que me aburre, por eso no trato de ser una estrella del arte, por eso estoy retirándome todo el tiempo. Prefiero que hablen la obra y otras cosas y, como te digo, hacer cosas en comunidad. Por eso trabajamos con Francisco Garamona y Nico Moguilevsky en Mansalva, por eso trabajamos en Papel Moneda juntos. Por eso hice una muestra con la que era mi novia, ahora esta muestra la hice con la que es mi socia, y a mis socios creo que también les gusta lo mismo. Ahora hay una cosa que hago y es que yo tematicé la librería en la muestra anterior: pasan tantas cosas en ese ámbito e hice un documental en pinturas. Tengo proyectado hacer algo así con otros lugares, y lo que acabas de decir de la galería me acabo de dar cuenta ahora, pero sí, tiene que ver con eso. Las pinturas que se ven en la vidriera son de Natalia, y sí, un poco la odié porque se le ocurrió a ella.
Pero lo especial de esta muestra, o una de tantas cosas especiales que creo que tiene, es que el trabajo se ha proyectado más allá de la muestra. De hecho, ella me ha pasado pinturas, que ahora yo estoy interviniendo.
NC: Lo que dice Javi creo que tiene que ver con lo que te contaba que la muestra era algo que estaba sucediendo y no era algo estático. Cada persona, cada planta, cada aparición modificaba la muestra, y en ese camino también pasé varias tardes sola en la galería, donde veía por ejemplo cómo cambiaba la luz que entraba por la vidriera, o cómo huele el ambiente después de un día de lluvia. En el fondo esos retratos que hice son retratos amorosos de un espacio, que además, como dice Javi, fue nuestro taller todo ese tiempo.
¿Qué nivel de conocimiento artístico tenían entre ambos antes de la muestra?
JB: Nunca se nos ocurrió tener algún problema y eso quizá se llame entendimiento, pero no hubo plan previo conceptual de que “vos pintás así, yo pinto asá”. Lo primero que vi, y lo vi porque nos conocemos hace muchos años, es que ella tenía una paleta fría y yo una paleta cálida. Y eso era algo en lo que insistía yo como chiste. Después el espíritu creo que es parecido, porque ella también trabajó con Conchetinas, entonces parece que le atrae lo comunitario, pero eso lo estoy leyendo después, no fue premeditado.
NC: Yo ni sabía que mi paleta era fría hasta ese momento, pero me hizo pensar en los elementos, y el aire, que es mente, por lo general se representa con paletas más frías que el fuego o la tierra por ejemplo. Además mis pinturas provenían de un ambiente más de ciudad, más gris, más de cemento (y representación de espacios más mentales y pensamientos encerrados), que las de Javi, que convive con muchas plantas y mucho verde. Las temperaturas y los elementos se complementaban, porque estaban todes. Como el paraíso alquímico.
¿Cómo evolucionó la muestra?
JB: Creo que al final, me refiero a la última parte llamada “El Futuro”, podríamos incluso haber mezclado las obras y no sé por qué no lo hicimos, nos quedamos un poco con las ganas. Para mí en todo caso había dos muestras, hablo de mi obra: las plantas y las pinturas. Porque las plantas fueron creciendo, porque había que regarlas, son seres vivos, entonces yo puse plantas porque quería mostrar eso que me interesa mucho y segundo porque me obligaba a ir a regarlas, y tenía la sensación de que estaba viva la muestra. Y al ir, me daban ganas de pintar ahí. Entonces es verdad lo que dice Nati. Siento que el día del cierre es cuando podría haber comenzado, y todo lo demás pudo haber quedado como el proceso o la previa para llegar a ese último día.
NC: Sí, el final, o más bien el cierre fue la inauguración, no como conclusión, sino como puerta a próximos actos. Las plantas, como dice Javi, pasan por muchos momentos: crecen, florecen, se secan, mueren, igual que las pinturas (algunas se van a nuevos hogares), igual que un espacio habitado, según las necesidades del momento. Pensar que durante la muestra se hicieron lecturas a la luz de las velas por problemas eléctricos, hicimos bailes, vinieron amigues performers a sacarse fotos y a probarse las obras, preparamos picnics, pasó de todo, y eso nos permitió elegir al final la muestra que más nos gustaba y ofrecerla al final para un brindis por el futuro.
JB: Eso es lindo. Me gusta una frase de Aira que dice: “El éxito está conteniendo el fracaso”. Y digo esto porque todos los que vieron la muestra fue un fracaso, porque el éxito era al final.
¿Qué lugar plástico-artístico tiene la jardinería para ti, Javier, porque no es algo común poner en una muestra plantas? Da la sensación de que fueran esculturas vivientes, ¿o me equivoco?
JB: Realmente es algo que estoy descubriendo. Yo trabajo constantemente con plantas, porque bueno, tengo mis ideas muy radicales de reciclaje y de quitar basura y generar más vida. Pero no sé qué tan artístico sea. No sé si es arte, si es decoración, la verdad es que cuando lo empiezo a pensar me trabo y no hago nada. Simplemente ocupé la parte de la galería con más luz con plantas y fui armando composiciones, que sí, podrían ser como esculturas. Decoran pero están vivas y están cambiando, sería decorativo si lo hacés con poda, es decir con cosas muertas, y yo quiero hacer cosas vivas, entonces por ahí me estoy dando cuenta con esta charla que no sería decorativo por eso. En un punto es anti arte o anti pintura, porque el arte es algo fijo, hecho, para coleccionar, como las pinturas, esto no, a las plantas le tienen que pasar cosas para que sigan vivas, para que se mantengan.
Que genia Nati, ella y sus obras hermosas siempre.