Una temporada en LAR

Por Pilar Otero

Dibujo por Matías Romano Alemán

Residencia de Verano/Otoño/Invierno en LAR. Año 2023.

Apliqué a la residencia de verano en LAR y gracias a Belen y Lucas me terminé quedando hasta el fin de proyecto. Fui seleccionada con una serie de poemas que titulé “Asuntos Internos”, que revisa y ridiculiza escenarios nacionales. 

Pero en los meses en LAR no solo escribí poemas de ese tenor, también escribí crónicas, notas, textos para muestras, reseñas, poemas de otras series, poemas dispares, un intento de narrativa y también un diario de visitas que podrán leer a continuación. 

Al final de estas hojas también podrán leer un poema de “Asuntos Internos” que escribí en LAR. 

Diario de visitas a LAR

17 de enero de 2023

Vino Kar, no nos veíamos hace aproximadamente un año. Visité su casa en Berlín el 2018 y luego ella vino de visita todos los veranos argentinos y cada vez que viene compartimos mucho tiempo, una voluntad que habla de nuestras ganas de habitar un  “nosotras”. No tenemos tanta gente en común. Se me dan bien las amistades a distancia, tener amigxs en otras ciudades y reencontrarnos esporádicamente y ponernos al día con una cuantas cervezas o alguna comida. Nuestras reuniones, las mías con Kar, suelen ser a solas, a excepción del verano pasado cuando vagamos por la ciudad por horas y horas con Martin con quien Kar comparte la editorial Infraleve y a quien yo conocí en esa ocasión. A los pocos días presentamos mi libro “último coletazo” que salió por la editorial de Martin y Kar y esa noche nos enamoramos entre los tres de lo que habíamos hecho, nuestro bebé, la publicación. Caminamos por horas tomando cerveza de kiosco y habitando dos muestras, un cumpleaños y una despedida. Terminamos simplemente en la vereda. 

Esta vuelta nos sentamos las dos en la vereda en un escalón de una casa en construcción frente a LAR que estaba mas sucio de lo que en principio creíamos, tenia un polvo amarillo y pesado, entre cal y arena. Hablamos, de manera casi obsesionada, sobre escribir libros y sobre publicar libros. Ubicar tiempos para hacerlo, entender los tiempos de hacerlo, el papel, los lugares de circulación, internet, qué queremos decir, qué dice de nosotras lo que queremos decir, que se valora cuando se piden fondos, por qué lo seguimos haciendolo si nadie gana dinero. Intercambiamos nuestras publicaciones más recientes, son poemarios. El libro de Karen se llama “Tocarle los huesos al bosque”. No se lo digo pero siempre me acuerdo de un poema de ella en el que un verso dice “tengo dos pinos en los párpados”. La tapa del libro tiene pinos, es una foto horizontal.

También hablamos sobre escribir narrativa y le cuento que si bien mandé a la residencia una serie de inconclusa de poemas, tuve una idea en LAR que veo en mi cabeza en prosa y así empecé a escribirla. Creo que me metí en una muy trabajosa, Kar, pero si no lo hago yo no lo escribirá nadie. Y me dice que me entiende. Que escribió una novela, le tomó más de dos años, que fue tortuoso y cuesta arriba y que cree que está terminada. Que la trabajó con una chica que la ayudó, que es íntima su novela y habla de una pareja de la que se enamoró. Que ellxs ahora están preocupadxs porque se publique y me pregunta que opino. Le pregunto si tomó algunos recaudos y me dice que cambió nombres y profesiones y que obvio es ficción pero que bueno, que hay mucho de la historia de amor ahí, que fue trágica, que primero se enamoró de ella, después de los dos, después de él y que después todo se derrumbó y ella terminó un toque hecha mierda. Si no están sus nombres que se jodan, Kar, en el papel todo es ficción, que lo charlen en terapia, esta es tu manera de traspasar el mundo. Lo agradeció. Yo también. 

26 de enero de 2023

Me visita Iris ya entrada la noche, son cerca de las nueve. Me encuentro cansada para cuando ella llega pero me entusiasma nuestro encuentro porque no creo haber tenido nunca una conversación con ella a solas. Trae un vino blanco en una bolsa que parece de compras pero en realidad es impermeable y conserva el frio, una maravilla. La bolsa adentro también tiene hielos. Hablamos de cine y de Leonardo Favio, están pasando sus películas en la biblioteca del Congreso nacional, me cuenta Iris. Yo me encuentro profundamente conmovida por la obra de Favio desde hace un año aproximadamente cada vez más. Pienso en su figura de artista popular, su compromiso político, su voz, su pañuelo, el compromiso político jamás abandonado. También le cuento a Iris que estuve en Paraná en la ranchada poética y me cuenta que cuando vivió en Rosario era amiga de Julita Enriquez y por Danke salieron unos fanzines de ella que eran un solo poema en una hoja plegada. Me acuerdo cuando mi amiga Cami hacía fanzines de hojas dobladas hace también ya años y a mi el formato no me gustaba porque no tenia hojas para pasar e ir y volver. Ahora me encanta la idea de un poema solo en una hoja doblada. Pienso que fui muy obtusa y clásica y obstinada a la hora de pensar formatos de publicación, y eso me hace sentir medio boluda. Siempre con la idea del librito.

Después nos sentamos afuera por el calor pero sentí que estábamos haciendo mucho ruido y como no quería bardear le pedí que volviéramos a entrar. Salimos y volvimos a entrar las sillas en menos de dos minutos. Sentí que se me cerraban los ojitos y le dije a Iris que quería irme a casa. Me acercó con el auto por Avenida Corrientes. 

Lunes 30 de enero

Me visita Z. 

Zeta viene con una idea que escribir y hacer obra es seguir una pulsión de muerte. Lo escucho atentamente. Me habla de un texto de los sueños, en el que leyó que en el único momento en el que el cerebro no está atravesado por un fin, un instinto de preservación o una intuición del movimiento, es mientras soñamos, porque la cabeza se mueve hacia cualquier dirección sin motivo alguno. Y hacer obra debería ser algo parecido a eso. Le dije que por momentos me pregunto por qué hago lo que hago, si a nadie le importa, ¿Por qué hacer obra? ¿Por qué seguir ese deseo de morir? 

Me dijo que una vez se preguntó lo mismo en un momento en el que pintaba y pintaba estando él muy pobre. Y llegamos a la misma conclusión, que es que no hay motivo. Entender que no hay un motivo es un gesto de humildad. 

Luego me hace un comentario muy gracioso que reza “tengo que trabajar mucho para no trabajar”. Zeta y yo elegimos, en cierto punto, dos caminos opuestos, esto lo hemos conversado en otras oportunidades: yo elijo un trabajo que no me gusta para poder vivir bien y con algunos lujos burgueses, y Zeta elije no tener ningún trabajo sabiendo que no tendrá dinero. Dos caminos opuestos de dos personas que no heredarán nada y tendrán que arreglarse con lo puesto o lo conseguido el momento. Esa condición inicial de clase nos iguala aunque hayamos vertido para diferentes direcciones. 

Luego conversamos de proyectos en común, el comic que estamos guionando con Yuyu y me dice algo que me alivia que es que vamos a pulir nuestro método mientras lo hacemos. A mi me desconcierta no tener un método y que el texto venga luego que los dibujos y además nunca guioné una historieta y todo el tiempo siento que las palabras sobran y sobre explican las viñetas y esto me preocupa y me angustia, porque no me banco que no salga tal como me gusta de una. Pero Z me extiende de nuevo un manto de paciencia y sencillez. Y yo lo tomo. También me dice que sigue en camino mi propuesta de dar una breve introducción a la Ley de contrato de trabajo argentina en Las Deudas, que puede que suceda, que lo prepare. Yo le digo que lo quiero orientar a que todx persona que trabaje en relación en dependencia entienda que nos viven cagando, cómo hacer que nos caguen menos y cómo reclamar plata que los empleadores en general nos deben. 

Después leemos los títulos de las contratapas en Pagina12 de David Viñas durante el gobierno de Menem y algunos fragmentos. Lo mismo con la compilación de artículos de la revista Ramona que editó Mansalva. 

Miércoles 2 de Febrero

Cami está de visita desde Mendoza, es mi más antigua amiga y nuestra conexión es muy especial para mi, se sostiene en el tiempo como si el tiempo no pasara,  con muchos lapsos en los que no nos vemos, y encuentros en muchas ciudades, circunstancias, emociones. 

Le cuento de mi actual rollo emocional y sus correspondientes esperanzas, ansiedades, expectativas y disgustos. Cuando una amistad es larga las historias de amor comienzan a quedarle chicas. Cami, como siempre, movediza, pensando el próximo destino y el próximo vuelco de su vida. Abarca y abarca. Y cambia todo el tiempo. Terminó su proyecto de los 200 años de la Biblioteca San Martin de Mendoza, y su libro sobre el archivo ya es un hecho. No está contenta en Buenos Aires. Es ruidoso y demasiada gente quiere verla. Cami siempre tracciona personas, voluntades, amistades. Hablamos un rato largo sobre Sara Gallardo, mi nueva serie de poemas y su vínculo con “El país del Humo”. Cami quiere escribir ciencia ficción, una historia sobre el agua y sus bacterias, sobre la vida animal y en sociedad en torno al agua. 

Nos sentamos en uno de los sillones de la parte remisería de LAR y conversamos por horas. Hay pocos momentos para los recuerdos y muchos momentos del dialogo apuntan al futuro. Después, en un gesto melancólico, toda la melancolía que no habitamos en la conversación, la  caminamos por la calle Espinosa hasta el Viejo Buzón, que supo ser en nuestro veinticortis, una central de operaciones, un centro para delirar e intentar cambiar el mundo, en la vereda de Caballito, a la vuelta de Ferro. 

Poema de la serie “Asuntos Internos” – Abril 2023

Laguna Sauce Grande

Por el agujero en la caja

de la chata F100

Montoya espía fragmentos

del camino pedroso de tierra

que la municipalidad abandonó

hace algunas décadas

una gran hazaña o un gran delito

no importa ya a esta altura

enganchado al chasis de la camioneta

un freezer autónomo con ruedas

congelará el botín

Montoya no está convencido

pero su cuñado encabeza la empresa

y parece buena plata

a la noche tal planearon

se meten con las redes

hasta las rodillas y luego hasta cuello

en la Laguna Sauce Grande

Y pescan tres mil impunes

kilogramos

de pejerrey

tres toneladas

de comida y la comida es dinero

pero los vio el sereno

que cuida el predio

y Montoya vuelve al pueblo

con un disparo de escopeta en la pierna.

Y llaman a flora y fauna

por el delito federal

los pescados se venden de todas formas

al día siguiente

Auque hubo que replantar ejemplares

ante el menudo saqueo

los trajeron no sé como 

de la laguna de Chascomús.

y cercaron con alambrado los caminos

que iban a Sauce Grande

y en prisión solo un tiempo estuvo

el celador.