Un Siddartha moderno
Por Lucas Nicolás
Dibujo por Lino Divas
- Noah Cicero es una bestia.
Es una bestia porque representa a la literatura norteamericana.
Representa a la literatura norteamericana porque él hace ficción y la ficción, en definitiva, tiene un poder oracular que potencia la vida diaria en cada página.
Es una bestia, porque su literatura acaba de potenciar mi propia vida transformando lo real en un cierto temple decoroso que envuelve a la certeza en provisiones críticas y trágicamente tiernas.
Todo esto se trata de un estado volátil de la fuga y la efimeridad social.
Todo esto se trata de un estado volátil de la fuga y la efimeridad social; y, sin embargo, me siento bien después de leer su novela.
Me siento bien después de leer su novela y ese es un hecho significativo.
Relacionarse con la rutina y transformarla en algo más tolerable es un hecho significativo.
Relacionarse con la rutina, transformarla en algo más tolerable es un hecho significativo y a veces es todo lo que necesitamos.
A veces no sabemos lo que necesitamos.
A veces si sabemos lo que necesitamos.
A veces lo que necesitamos es leer literatura.
Pienso: “El contrabandista de las Vegas no es entretenimiento, es literatura”.
Noah Cicero escribe literatura, y la literatura no te da lo que querés, sino lo que necesitas y no sabías que necesitabas.
Pienso eso y me pongo a escribir esto.
UN SIDDARTHA MODERNO & NORTEAMERICANO - “El contrabandista de las vegas” es la historia de un Siddartha moderno y norteamericano. No se trata de una ficción más, el nombre de la novela no es una consistencia totalizadora sobre la historia de un contrabandista de las vegas propiamente dicha. Al contrario: la historia es más profunda. Es la historia de una persona que entra en conflicto con su deseo. Es alguien que logró en tiempo y forma desempeñar el papel del ciudadano ideal: estudiar, sacarse las mejores notas, recibir una beca, obtener un título universitario en tiempo y forma y en tiempo y forma conseguir el mejor trabajo pago en la mejor empresa de la ciudad, ganar millones de dólares sobre un caso trágico y famoso; creer tenerlo todo, pero en realidad no tener nada.
- Pienso y pregunto: ¿ser el mejor empleado pago del mejor trabajo de la mejor empresa de tu ciudad y aun así seguir ambicionando al crecimiento económico, es posible? Noah Cicero expone que sí – pues el continuum económico de la lógica capitalista es prometer un progreso infinito -. Sin embargo, en esta historia algo falla. En esta historia se representa la falla del capitalismo. En esta historia falla la ambición. En esta historia la ambición se inclina hacia un terreno desconocido; hay tensión entre el deseo y la materialización del deseo. En consecuencia de este hecho, la materialización del deseo sobre la objetivación económica entra en crisis al ser insuficiente. El cansancio y el abandono espiritual es posible: cómo así es posible la determinación conceptual de la búsqueda de un camino propio por fuera de los parámetros prestablecidos. Ryan Neroni, nuestro protagonista, se cansa de ser esa persona ideal y pretende ser otra persona. Alguien real. No es casualidad: persona precede de personae; que en latín significa “máscara”. En el caso de este texto literario, las nociones básicas entran en crisis para decirnos: “somos máscaras, acá desempeñamos la función que nos adjudicamos de acuerdo al rol que elegimos interpretar”.
LA NARRATIVA DE NOAH CICERO
- Si querés que los personajes estén vivos, escribe G. Lukács, no los describas, narralos. Es a través de sus gestos, sus acciones, que se establece su lenguaje y su constitución. La vitalidad de la prosa de Noah Cicero se constituye a partir de una literatura eléctrica y atómica: su sugerencia política y social es decorosa porque demuestra conflictos reales sin ser objetivo discursivamente. Al contrario: presenta inquietudes y desconfianzas propias que se despiertan en una sociedad alienada de su propio entorno. Todo se logra a partir de dialogismos comparativos establecidos entre personajes que dan cuenta de su actitud en una acción que es indiferente pero no exenta de sensibilidad. También: el efecto se logra a partir de la inmersión fantástica y la creación de un universo propio: permitiendo el uso de acontecimientos surrealistas y Kafkianos; que se vuelcan en inconsistencias volátiles de la fuga. En este libro: todo aquello que debe permanecer con una templanza racional se desvanece muy gradualmente.
- La razón ontológica de la poesies dirá Dubatti: es poner un mundo a existir, y Noah Cicero pone un mundo a existir: en un convivio de funcionamientos diletantes, es posible descubrir así los tonos de una sensibilidad ajetreada, que en sí misma agrieta los estereotipos de la realidad moderna que se impone como inapelable; esto se genera a partir de una narrativa reciente y paulatina, algo raro y gentil que es propio de la comunidad de la “alt lit”. En este mundo la historia despliega un entramado de situaciones que se suceden en la interacción de distintos personajes que habitan el S. XXI (como así también nuestro S. XXI): Coachtings de autoyuda, firmas de abogados sumamente venenosas, vendedores de autos Nissans, scorts con páginas webs, empleados del gobierno de carácter confidencial, doctores alcohólicos que se volvieron invisibles y lo rompieron todo, madres solteras que usan Tinder y homeless que piden plata en las calles. Su historia no solo es real porque es permeable: sino porque logra permanecer y se vuelve totalmente cierta; es original sin ser reiterativo y es fresca sin ser incomprensible.
CHARLANDO CON NOAH CICERO DESDE OUTLOOK-
OHIO & BAHÍA BLANCA:
L. ¿Cuál fue tu primera conexión con la literatura? ¿Quiénes son los escritores y obras que resultaron decisivos en tu vida y en tu forma de escribir?
N. Cuando estaba en la escuela secundaria encontré a Jack Kerouac and the Beats. Me gustó mucho su actitud, que la vida debía vivirse al máximo. Siempre he sentido una profunda necesidad de seguir haciendo y experimentando cosas nuevas. Estuve muy de acuerdo con esa actitud. Todavía leo cosas Beatnik incluso hoy, recientemente leí los diarios que Allen Ginsberg escribió sobre sus viajes a México y la India.
L. ¿Es difícil escribir? ¿Cuánto de realidad tomas para transformarla en combustible en tu ficción?
N. No es difícil escribir cuando me siento inspirado. Sólo escribo cuando siento que una gran oleada de ideas fluyen por mi mente. Si no tengo ideas, hago otras cosas. No escribo cosas autobiográficas, El contrabandista de las Vegas» es completamente inventado. He escrito libros que son autobiográficos, pero terminaron hiriendo los sentimientos de la gente, así que dejé de hacerlo.
L. ¿Tus obras se inspiran en recursos técnicos de otras ramas artísticas?
N. Lo siento, esta pregunta me confunde.
L. ¿En qué momento empezaste a sentirte “escritor”?
N. No tengo ganas de nada. Sé que cuando estoy frente a la computadora y las palabras fluyen en mi mente, me siento emocionado de escribirlas. Aunque no creo que nadie me considere un escritor.
L. ¿Qué significa ser “escritor” en el siglo XXI?
N. No creo que el siglo XXI tenga escritores. Creo que ser escritor en el siglo XXI es aceptar que nunca serás escritor. Es posible que publiques algunos libros en el mundo, pero ya no lee suficiente gente como para ser verdaderamente un «escritor». Si quieres escribir, disfrútalo, diviértete, pero no te preocupes por ser «un escritor». Preocúpate por ser un buen amigo o cónyuge.
L. ¿Cuánto tiempo te llevó escribir “El contrabandista de las Vegas”?
N. Tres semanas.
L. ¿Por qué te interesó publicar en una editorial de Argentina? ¿Cómo se generó esa posibilidad?
N. Tengo varios otros libros publicados en Chile, Perú, Argentina y España antes de El contrabandista de las Vegas. Hace unos diez años alguien publicó La guerra humana en Argentina. También visité Perú y Chile para promocionar libros, pero lamentablemente nunca llegué a Argentina.
L. ¿Cómo nació la creación del personaje y cómo fue el desarrollo de la historia en general?
N. El personaje principal El contrabandista de las Vegas nació trabajando en las firmas. Vi a muchos abogados que vivían vidas en las que estaban obsesionados con parecer normales, y un día pensé: ¿Qué pasaría si uno de ellos no fuera normal? También nace de esta idea de que en el capitalismo no tenemos líneas estrictas de transferencia de riqueza a través de las familias como en la época preindustrial. En lugar de eso, elegimos dar riqueza a aquellos que obtienen los mejores resultados en la escuela secundaria, otorgamos a los estudiantes perfectos las llaves del dinero y el poder. La escuela no es para educar a todos, la escuela es para encontrar lo mejor de lo mejor y darles dinero y poder, todos pueden morir y sobrevivir de las sobras. El personaje principal de las historias se da cuenta de que es víctima de una cultura que sólo otorga riqueza y poder a los mejores estudiantes, por lo que se hace amigo de una persona que obviamente obtuvo peores calificaciones que él en la escuela. Llega a considerar la bondad hacia las personas que tienen menos dinero que él como un acto de rebelión contra la sociedad.
L. ¿Hay disciplina en tu literatura? ¿Qué haces para que la historia fluya? ¿Qué le aconsejarías a un escritor cuando la historia no fluye?
N. No soy profesor de escritura, no lo sé.
L. ¿Cómo te sientes después de terminar una novela? ¿Existe un “duelo” por la literatura?
N. Después de terminar un libro me siento raro durante unas tres semanas, como si mi mente se quedara vacía y no supiera qué hacer con ella. Mi mente estaba tan ocupada escribiendo el libro, y luego boom, mi mente está vacía. Entonces encuentro cosas nuevas para llenar mi mente.
L. Escribiste que “la importancia personal es la pandemia”: me hizo pensar en Carlos Castañeda y una de sus disciplinas vinculadas a la brujería. ¿En tus obras buscas abordar inquietudes espirituales como consecuencia de la realidad? ¿O eso se construye a medida que escribís?
N. Si estoy mostrando alguna preocupación espiritual, es simplemente quien soy. No estoy planificando estratégicamente ningún aspecto espiritual en mis libros. Leo muchos libros relacionados con la espiritualidad, por lo que tiene sentido que eso se refleje en los libros.
L. En una entrevista vi una frase tuya que me pareció genial: “Me parece que la gente es mejor que sus palabras”: ¿Por qué crees esto? ¿Quiere decir que las acciones son más decisivas que los discursos?
N. Sueño con un mundo mejor, pero no soy el mundo mejor. Tengo muchos de los prejuicios que tenían mis padres. No soy la mejor persona, puedo enumerar fácilmente en mi mente muchas cosas horribles que le he hecho a otras personas. Pero eso no significa que no sueño con un mundo mejor. Espero que a medida que pasa cada generación, nos volvamos personas cada vez más amigables.