Sensibilidad Amnésica

por Laura Ojeda Bär

 

Llego a la casa donde está ubicada Moria galería y al entrar me recibe una mini sala de estar, muebles de madera con botellones llenos de plantas entremezclados con fotos en marcos con pata trasera, coronada por una especie de estandarte hecho de hojas A4 impresas con motivos geométricos. Detrás, el cuarto de la derecha tiene una serie de bolsas plásticas de colores ordenadas concéntricamente con sus manijas alineadas, recordando los homenajes al cuadrado de Josef Albers. Cada conjunto de tres y cuatro bolsas cubren paredes y suelo. Por la gran ventana vemos la vereda. Queda por descubrir un breve pasillo y la otra habitación. Ambos espacios están poblados de cosas que dejan al costado del camino los objetos “de categoría objeto”: blisters de plástico vacíos, partes rotas, telgopores, cartones pintados, marcos de fotos familiares llenos de planos de colores, entre muchas otras cosas de la colección personal de Juane Odriozola (JEO). Algunos están colgados a la pared, otros apoyados en el ángulo con el piso, muchos en angostos estantes que recorren las paredes del lugar. En el medio hay una bolsa de consorcio llena de suelas de zapatillas rotas y sueltas.

Ser artista y ser profesional parecen estar bailando un largo Pasodoble desde hace tiempo. Una pareja que se mira a lo lejos, midiéndose, se acerca, se aleja. Se ronda. Encontrar nuestro lugar en relación a ella es algo que se va construyendo con cada una de nuestras acciones. Sospecho que no existe una única disposición correcta y permanente aplicables a todas. La muestra de JEO, su vida y obra me hace pensar en esta problemática. Forzando materiales cotidianos, hogareños, a la vez que las tradiciones de abstracciones geométricas de la historia del arte occidental con pretensiones universalistas. Podría decirse que el movimiento de reenmarcar cosas y disciplinas dentro del arte contemporáneo es el ABC del mismo. Pero JEO va más allá de realizar traslaciones como si se tratara de una herramienta falseada. Cada obra parece olvidarse lo que aprendió anteriormente y buscar una y otra vez desde el comienzo en qué tercera posición es posible encontrar potencia.

Como, por ejemplo, que parte de la muestra fue hecha por familiares de JEO de Henderson, de donde es él, donde nació y se crió. Hace un tiempo armó un grupo de whatsapp para enseñarles sobre lo que hace, arte contemporáneo. Manda consignas una vez por semana y le responden con imágenes. Algunas están presentes en esta ocasión. También les pidió que le escriban su texto de muestra, lo que resultó en un extraño relato de tintes surrealistas. O el caso de organizar los deshechos (continuamente relegados) que quedan de otros objetos reconocibles y mercantilizables dándoles personería bajo el paraguas de la palabra arte. Nos los deja ver casi como si por primera vez, a través de su conexión con ellos. Cuando me voy, me queda rondando en la cabeza esta capacidad de ver y hacer, atravesando los supuestos y tradiciones muchas veces estancas e invisibilizadas. Poder acercarse a situaciones y objetos con esta especie de sensibilidad amnésica.

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