No me identifica el mote de maestro

Por Patricio Larrambebere

Dibujos por Leopoldo Estol

…”Come on the amazing journey
And learn all you should know…” 

Peter Dennis Blandford Townshend, 1969 

Por las connotaciones históricas que en el marco de las artes visuales tiene este término, el maestro es una especie de momia congelada inconmovible; un personaje impermeable y venerado al que no se le cuestiona su parecer. 

Prefiero el de docente, que en el marco de la enseñanza artística pública significa una persona que comparte su transcurrir con un grupo de personas que tienen la curiosidad y la pasión de desarrollarse en la producción de ideas, objetos e imágenes. 

Durante muchos años he entablado diálogos intensos con quienes he tenido la posibilidad de encontrarme en un espacio de formación: creo en el ida y vuelta de aliento en el trabajo que significa renovarse y transformar el mundo a través de la labor artística y la docencia. 

Mi transcurrir en este marco (tanto estudiante como docente) ha sido el del enriquecimiento mutuo de las posibilidades y realizaciones del accionar en el universo de las imágenes: el artista se hace y se forma en la compañía, en el debate, discusión, intercambio de saberes e ideas a partir de las vivencias personales y colectivas de les participantes. 

Recuerdo algunos momentos que compartí con quienes tuve el raro privilegio de estar frente a alguna de mis propias pinturas y en condición de estudiante: la brutalidad intelectual de un tipo como Pablo Suárez, que calificó a algún personaje de mis pinturas de 1996 como “patán de kermesse”, Ester Nazarián acercándome un diario de Trinidad y Tobago cuando le comenté mi interés por la estética del carnaval de ese país, Luc Tuymans fumando y convidando Marlboros y guardando un grado de respeto y circunspección, citando a pintores como Albert Marquet. Horacio D’alessandro en una frase de acicate como “putealo al laburo” y poniendo mucho énfasis en la disciplina del dibujo de observación. 

Luc Tuymans y Patricio Larrambebere en la Rijksakademie

La llamada inspiración crece a partir del eje acción-reflexión; ese eje implica compartir un espacio y tiempo real, donde los oficios y las ideas se despliegan y cooperan. La asistencia e insistencia (la profundización y concentración) son también núcleos fundamentales del hacer arte, que no tiene un final sino que en ese permanente ida y vuelta (aprendo y comparto) nos hace crecer mutuamente y en paralelo. 

Considero que quienes han aportado mucho a mi visión como artista y docente en este preciso momento de escribir son: músicos como Spinetta, Ray Davies, Blur, The Jam, el citado Pete Townshend y The Who, la clínica de Fabiana Barreda, Yuyo Noé (“fijate cómo pinta retratos Holbein”), Pablo Luis Romero y Gerardo Greco (compañeros de la Pueyrredón), Tulio de Sagastizábal, Avis Newman, Lisa Milroy, Kees Hin, Matthijs de Bruijne, Esteban Cornacchia, Michael Coombs, Ana Montecucco, Martín Guerrero (con quienes compartí proyectos a la par), Eduardo Molinari, Sebastián Díaz Morales, Gabriel Baggio y un montón de otras gentes que me sería difícil de enumerar ahora sin cometer injustas omisiones.