Diez años de Mite: “El momento económico invita a volver a pensar un arte accesible”
Antes de que abriera la galería Mite en 2008, el Patio del Liceo era un espacio que pasaba desapercibido en el ajetreo de la avenida Santa Fe. Diez años después, y gracias al instinto de Marina Alesio y Nicolás Barraza, sus fundadores, ambos lugares son referencia obligada de la escena artística independiente de Buenos Aires. En entrevista con El Flasherito, Marina repasa su historia y avisora un futuro con obras para todes.
– ¿Cómo estuvieron los festejos por los diez años de Mite? ¿Qué sintieron al reunir tantos nombres en una sola muestra?
Haber llegado a los 10 años con un proyecto autogestionado en una economía tan demente como la de la Argentina es algo digno de festejo, por eso se nos ocurrió festejarlo con un Shopping, que es una muestra que hicimos los tres primeros años de la galería, en la que invitábamos a 50 artistas a participar con obras a la venta a un precio menor de lo que sale un jean en cualquier shopping. En esta ocasión invitamos a muchos de los artistas que nos acompañaron durante esta década. Sentimos que el momento económico del país invita a volver a pensar la idea de arte accesible, como lo pensábamos cuando empezamos con lo que era un proyecto joven en el que vendíamos obritas para pagar la birra de la inauguración siguiente, y sacarlo del lugar de objeto de privilegio. Significó mucho para no nosotros que tantos artistas se copen en darnos obras para vender a tal vez menos del 10 % de su valor para que esto sea posible. Estamos muy agradecidos con ellos y con las galerías que representan a muchos de ellos que tuvieron la cortesía de permitirlo. Con lo que recaudamos en esa muestra efectivamente compramos muchas botellas de champagne, y alquilamos un buen sonido y un lugar para hacer una fiesta a la que invitamos a todos los artistas, curadores, coleccionistas, críticos, djs, y habitués que hicieron lo que Mite es, sin los cuales nunca hubiera sido posible llevar a cabo esta década de trabajo constante. Un poco con la idea de festejarlos a ellos más que a nosotros mismos.
– ¿Cuáles son los criterios que utilizan para convocar a los artistas con los que trabajan?
Los criterios principales para convocar artistas son básicamente el capricho y el gusto personal. Mi trabajo principal en Mite es pensar las exhibiciones de todo el año, curar las muestras colectivas y el programa general. Y para invitar a alguien a hacer una muestra es importante tener ganas de ver una muestra de ese/a artista en mi espacio. A la hora de representar a un/a artista también proyectamos el potencial que podamos tener para acompañar nuestros respectivos crecimientos. Alguno/as artistas, como Ad Minolitti, entraron a la galería con una mega carrera internacional a cuestas, pero después hay otros como Laura Códega, quien había mostrado muy poquito antes de entrar a Mite y dos años después es una de las artistas más respetadas de la escena. O Nicolás Mastracchio y Dudú Quintanilha, con quienes hicimos las primeras muestras juntos hace 8 o 9 años, cuando tenían 24 o 25 años y ahora crecieron muchísimo también a nivel nacional e internacional. Nico Mastracchio tiene ahora mismo una muestra individual en el MAMBA. Me parece también algo a destacar que 8 de los 10 integrantes de nuestro staff son mujeres, en un ámbito históricamente de hombres.
– Fueron la primera galería que abrió en el Patio del Liceo, aunque antes de eso vos ya habías abierto la librería Purr. ¿Qué cambió y que sigue igual en ese espacio y en la escena del arte en general?
Abrimos primero Mite y dos meses después yo abrí Purr. En ese momento era una especie de edificio abandonado con sólo un par de locales ocupados, y un año después empezaron a abrir pequeñas galerías y talleres de artistas hasta llenarse casi por completo y llegar a ser un centro de galerías de arte independientes. Esas galerías en su mayoría cerraron pocos años después o algunas se mudaron, como Pasto y Hache. Y en su lugar llegaron otras cosas: disquerías, librerías, locales de diseño y más talleres de artistas. Ahora hay un poco de todo, es básicamente un lugar lleno de pequeños emprendimientos de gente joven en áreas relacionadas al arte, diseño, música, etc.
En la escena del arte en general pasó un poco lo mismo. Cuando abrimos nosotros no había casi ningún espacio independiente. Belleza y Felicidad y Appetite acaban de cerrar y dejaban un vacío que se hacía claro. Muy poco tiempo después, y supongo que al igual que nosotros, con intenciones de llenar ese vacío aparecieron lugares como Miaumiau y Cobra. Y unos años después Isla Flotante y otros más. Al igual que pasó con las galerías del Patio del Liceo, algunos espacio cerraron después de unos años y otros siguieron, pero lo cierto es que hoy hay más galerías independientes y/o proyectos autegestionados por artistas de los que nunca antes hubo en Buenos Aires.
– ¿Qué significa para ustedes haber pasado de ser una pequeña galería sobre Avenida Santa Fe a empezar a ser habitués de ferias como arteBA y UNTITLED en Miami ?
El cambio se dio paulatina y naturalmente. Abrimos Mite casi como un juego (un juego que siempre nos tomamos muy en serio y en el que pusimos siempre mucha energía y constancia) paralelamente a nuestros otros trabajos: Nicolás (Barraza) es diseñador gráfico, yo tenía la librería y hacía mis changuitas literarias durante más de 5 años (en las que nos conocimos con vos trabajando juntos para Blatt y Ríos). De a poco nos fuimos profesionalizando y las cosas se fueron dando sin apuros. Recién en el 2010 participamos en el Barrio Joven de arteBa porque en el año anterior no teníamos los 1000 dólares que salía el stand. Ahora hace 6 años que participamos en el cuerpo principal de galerías. Recién en el 2014 participamos de nuestra primera feria internacional, con un solo project de Dudu Quintanilha en arcoMadrid al que nos invitaron sin que apliquemos. Ahora participamos de una o dos ferias internacionales por año. Siempre fuimos haciendo lo que pudimos, sin ayudas ni apoyos externos más que nuestros otros trabajos y así fuimos creciendo junto a nuestros artistas, y pudiendo cada vez más. Recién hace 4 años que vivo exclusivamente de Mite. Haber pasado de una cosa a la otra no es más que el fruto de diez años de trabajo constante, siempre tratando de crecer pero sin dar ningún salto suicida que nos aniquile en el intento.
– ¿Cómo afecta la situación económica actual las actividades y las ventas de galerías independientes como Mite?
Vender obras de arte es vender objetos de lujo, y la clase alta es la menos afectada en momentos como esto, esa es la razón principal por la cual vamos «zafando». Dicho esto, te aseguro que este año se sintió fuerte el cambio con respecto a años anteriores. Calculo que del todo ningún rubro puede zafar de lo que pasa.
Otra de las razones por las cuales llegamos a los 10 años y seguimos sobreviviendo es mantener el perfil que sabemos que podemos afrontar. Seguimos en el pequeño espacio del patio del Liceo, no vamos a ferias afuera si no contamos con apoyo externo, nos mantenemos en el stand más chico que arteBA nos puede ofrecer. Aunque sabemos que este año hasta el stand más chico va a suponer un riesgo enorme que nos desestabiliza bastante. No son muchas las galerías que representan artistas de nuestro rango de precios que pueden mantenerse en pie con los precios que se manejan en las ferias y los costos que implica estar en movimiento. Las galerías chicas tienen el barrio joven, las galerías grandes venden obras de más de 6 cifras. Las galerías independientes y medianas como nosotros estamos en un lugar muy difícil y a veces sentimos no ser muy bienvenidas en este sistema, por lo cual muchas se ven obligadas a cerrar después de un par de años.
– ¿Hacia dónde se dirige la escena del arte en Buenos Aires?
En épocas de crisis la creatividad suele tener sus buenos frutos. Como comentaba antes, los proyectos autegestionados de artistas siguen surgiendo y la escena sigue creciendo.Pero hacia dónde se dirige el mercado, no tengo idea. Imposible saber que va a pasar. Más allá de los avances que se hicieron desde Meridiano, la cámara argentina de galerías, para hacer crecer el mercado nacional e internacionalmente, sabemos que tenemos la realidad en contra. Sólo nos queda confiar en que vamos a seguir logrando mantenernos en pie.
