Fantasía Total
por La Caiu
dibujo por Ana Wandzik
Suena el timbre del recreo, el éxtasis inocente satura el aire. Duendes devienen en una mímesis del mundo real. Algunos son ladrones y policías, otros comerciantes usureros, deportistas, terapeutas, amantes.
En una esquina del patio, Mía Miguita Superstar, Bart Network, Muri Sacachispas y Vale López Moñitos se sientan en ronda y se divierten desenvolviendo paquetes de figuritas.
Son coleccionistas, curadores, artistas. Dialogan con la imagen de forma táctil y colectiva. Construyen un oráculo visual del que se desprende la sensibilidad más cándida y atemporal.
Cada pared de la galería es una página del álbum de figus, y cada página del álbum es el montaje de un sueño neo figuracionista o el mito fundacional de alguna idea brillante.
Así como de cada tarugo vacante crece una plantita plástica, de cada pintura chiquita brota un truco de magia. No piden ser entendidas, pero sin duda invitan a hacer algún tipo de sentido de las posibilidades olvidadas. Nos convencen de que el arte, como el amor, se trata del reencantamiento del mundo.
La espontaneidad es un hilo que conecta todas las obras:
Iniciales detrás de un velo sobre un fondo azul con corazones apilados. Una composición de las formas más populares simultáneamente inesperada y perfecta, como sólo podría haberlo imaginado un genio loco o un robot.
Una burbuja posada al lado de un hongo alado. «Yo y una amiga». Pinceles y pinturas son herramientas suficientes para construir un portal.
Un animalito indescifrable tomando un licuado de frutilla con un sorbete de carnaval carioca en una escena delirante de colores complementarios. Es imposible determinar si es interior o exterior, pero eso no importa. Nos concede la voluntad de suspender la incredulidad y disfrutar la belleza carente de lógicas.
Ojos animé cailedoscópicos que encierran fractales de banquetes mellizos. ¿Existe alguna sensación más hermosa que ver una imagen sabiendo que nunca se te podría haber ocurrido?
Hacer pinturas del corazón es hacer despertar la ternura que hibernaba. Bordes zigzagueantes, mesitas eclécticas, superficies pegajosas, galletitas dulces, paletas impredecibles pero necesarias, glitter con pelo. Si el arte es una herramienta para transformar la realidad, o proponer una distinta, este cuarteto se hace cargo de la responsabilidad que conlleva ese poder y de la forma menos solemne describen la fantasía que merecemos.