El ajedrez de Juan Manuel de Rosas.

Juego de ajedrez que perteneció a Juan Manuel de Rosas. Compuesto por veintidós piezas, once blancas y once rojas, faltando por lo tanto diez piezas para completar el juego. Estas son de marfil, esculpidas. Tienen un pedestal compuesto por una esfera calada con orificios circulares que permiten ver en su interior otra esfera de menor tamaño, que a su vez encierra otra más pequeña, y la base circular labrada en su parte superior y lisa en el reverso. Las piezas pueden destornillarse, separándose en tres partes: la figura, la esfera y la base. Adquirido a Manuel M. Terrero. Fecha: 20/03/1916

La guitarra para Manuelita Rosas

Manuelita Rosas participaba activamente de la vida cultural de Buenos Aires. Asistía a conciertos de todo tipo, tanto en los grandes teatros de la ciudad como en las celebraciones de tambores de la colectividad afro y otros encuentro de música popular. Esta guitarra fue de las más lujosas que se construyeron en su época. Fue fabricada como regalo para Manuelita, pero ella nunca la recibió. Mientras gobernaba su padre Juan Manuel de Rosas, llegó a Buenos Aires la noticia de que se había construido en Europa una guitarra extraordinaria. Entonces, un grupo de personalidades y comerciantes decidieron reunir dinero para mandar a construir una igual como regalo a Manuelita. Hacer una guitarra de esas características llevaba mucho tiempo, incluso para un experto como el luthier Francisco España, cuya fábrica estaba en Barcelona. La guitarra tiene incrustaciones de nácar tornasolado y blanco que debían ser talladas, pulidas y dispuestas cuidadosamente. Las láminas de madera que la revisten se obtenían de un árbol asiático llamado Amboyna. Cuando la guitarra llegó a Buenos Aires, Rosas ya no era gobernador y había partido al exilio junto con su hija. Quienes habían comprado el instrumento lo pusieron en venta para recuperar al menos una parte de la enorme inversión. La guitarra la compró Gregorio Ibarra, dueño de una empresa litográfica que había impreso en 1837 el primer Boletín Musical. Pagó por ella veinte onzas de oro, y la atesoró hasta su muerte. En 1899, Francisco Ibarra, su hijo, la donó a la colección del MHN.

Textos del Museo Histórico Nacional

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Este dossier se realiza en el marco de las becas Activar Patrimonio 2021 de la Secretaría de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura de la Nación.

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