La tarja de Potosí

Manuel Belgrano llegó a Potosí triunfal después de las victorias en Tucumán y Salta, en junio de 1813. Setenta y siete damas potosinas le regalaron esta tarja de oro y plata para homenajearlo, y agradecer a la revolución el freno al avance español. Es un escudo ornamental, lleno de simbologías ligadas a la libertad de un continente que reivindica su tradición indígena. 

Esos metales preciosos, por los que los españoles sojuzgaron a los pueblos indígenas, servían ahora para celebrar la libertad y la unión americana. El estilo de las representaciones no deja de ser, sin embargo, un estilo ligado a la estética colonial. En la cima de la tarja hay una estatuilla de un indio coronado, representado desde la visión europea, con el torso desnudo y adorno de plumas. En una de sus manos sostiene una daga, en la otra, una lanza rematada por el gorro frigio, el símbolo de la libertad, y está dando un significativo paso adelante. La reivindicación a los pueblos indígenas era necesaria, eran la población mayoritaria de la región en la cual se desarrollaba la guerra, y se requería de la convicción de todos. 

Belgrano envió la tarja como regalo al Cabildo de Buenos Aires, su ciudad natal. La tarja viajó desarmada y el Cabildo tuvo que contratar al platero y artesano altoperuano Juan de Dios Rivera para que la vuelva a unir. Pero cuando la tarja llegó, el clima era poco festivo, acababan de producirse las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma. Todavía quedaban muchos años de guerras.

Texto del Museo Histórico Nacional

————————————————————————————————————

Este dossier se realiza en el marco de las becas Activar Patrimonio 2021 de la Secretaría de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura de la Nación.

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es Logos-Activar-scaled.jpg
mega888